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Los 100 años de Octavio Paz

OctavioPaz1Decía Octavio Paz que todas las religiones cuentan cómo, en su origen, el mundo estaba poblado de dioses, ninfas, ángeles y demonios; de pronto ese mundo se despobló y sólo quedaron fuerzas que había que utilizar y dominar. Ese mundo de dioses también se olvidó de la poesía.
Así identificaba el escritor, de forma metafórica, el maltrato al que hemos sometido a la naturaleza a lo largo del siglo XX con la ausencia de una gran poesía que lo culminara.

La voz de Octavio Paz surgió en América habiéndose impregnado tanto de la corriente surrealista como de la literatura anglosajona, y supo evolucionar y modificarse constantemente, con un ingenio casi voluptuoso. En su faceta de artista comprometido ejerció de crítico feroz con las dictaduras que crujían en América Latina, unas y otras; la edad, sin embargo, lo fue amansando y decepcionando de sus ideas revolucionarias, aunque nunca perdió su compromiso social e intelectual.

A este exquisito prosista, poeta entregado y protagonista generoso de la literatura mexicana, tanto el Premio Cervantes en 1981 como el Nobel de Literatura en 1990 le sirvieron para disfrutar el  respeto y la admiración unánime que sus compañeros de profesión sentían por su trabajo.

JuradoIIPremio Loewe1989

El vínculo de Octavio Paz con la Fundación data de la segunda edición del Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe, cuando el mexicano llegó como Presidente del Jurado. Siempre ejerció más de jurado que de presidente, ya que su compromiso en las jornadas de deliberación y las defensas enérgicas de sus poemarios favoritos son todavía recordadas en la Fundación con agradecimiento y nostalgia. Él mismo escribió, desde entonces y hasta la VI edición del Premio, las contraportadas de los libros ganadores, que eran y siguen siendo publicados por la Editorial Visor.

Su presencia incorporó cierto protagonismo a la vertiente americana de la poesía, algo que ya desde entonces buscaba la Fundación Loewe; al dejar de participar como jurado activo en las votaciones, llegó a la casa el chileno Gonzalo Rojas. Por su delicada salud, Octavio Paz pasó a ser Presidente de Honor y mantuvo este cargo hasta su fallecimiento en 1998.

ABC6junio1989

Octavio Paz sigue formando parte de nuestro Premio de Poesía; ya en 1998, fue el dedicatario de la Antología Poética de los 10 primeros libros ganadores acometida por Luis Antonio de Villena, y que se tituló La Poesía Plural (Madrid, Visor, 1998). Baste también recordar lo que Paz escribió del libro ganador en la segunda edición del Premio –Semáforos, semáforos (Madrid, Visor, 1990)- de Jaime Siles, hoy jurado habitual, brillante colaborador y amigo de la Fundación: «un libro muy personal y que provoca en mí un deslumbramiento sonriente». Así, deslumbrados ante la poesía y sonrientes hacia el futuro, celebramos el centenario del nacimiento de Octavio Paz, y aguardamos la ya cercana celebración del XXVI Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe, de cuya edición anterior compartimos aquí los mejores momentos.

[Para ver el video conmemorativo del XXV Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe, pinchar aquí.]

Fotografías: Retrato de Octavio Paz © Archivo Fundación Loewe. Jurado del II Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe: (de izquierda a derecha) Enrique Loewe, Octavio Paz, Pere Gimferrer, Jesús García Sánchez, Luis Antonio de Villena, Antonio Colinas, Juan Luis Panero, Carlos Bousoño y Francisco Brines © Archivo Fundación Loewe, 1989. Recorte de prensa, diario ABC (Madrid, 6 de junio de 1989).
 

Antonio Lucas y Elena Medel, protagonistas del XXVI Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe

Mientras aún se disfrutan los ecos de la presentación de nuestro Elogio de la Cultura, y en el mismo espacio en el que se exhiben los retratos de Chema Conesa nacidos especialmente para esta publicación, la Fundación Loewe vuelve los ojos hacia la que ha sido una de sus más celebradas creaciones: el Premio Internacional de Poesía. La Fundación Loewe acaba de cumplir 25 años y en 2013 celebra la vigesimosexta edición de un certamen que ha brindado a las letras la oportunidad de reunir, entre miembros del Jurado y escritores galardonados, la mejor antología de la poesía en lengua española de los últimos tiempos.

Antonio Lucas y Elena Medel -foto Ux°o da Vila

Tanto Antonio Lucas (Madrid, 1975), premiado en la edición de este año, como Elena Medel (Córdoba, 1985), ganadora del Premio Loewe a la Creación Joven, han sido capaces de deslumbrar con el poder de sus versos a un Jurado ya emblemático en el mundo literario y que cuenta con recientes incorporaciones; bajo la presidencia de Víctor García de la Concha, el certamen de este año ha reunido a Francisco Brines, José Manuel Caballero Bonald, Antonio Colinas, Pablo García Baena, Clara Janés, Soledad Puértolas, Jaime Siles, Luis Antonio de Villena, y Juan Vicente Piqueras, ganador del Premio en su edición anterior.

Sheila Loewe y Enrique Loewe-foto Ux°o da Vila

Todo en la jornada del anuncio del fallo fue una fiesta, desde la presentación del acto en manos de Enrique Loewe, Presidente de Honor de la Fundación Loewe, y su hija Sheila Loewe, Directora de la Fundación, hasta las palabras de los poetas en los corrillos previos a su subida al estrado; pura emoción y respeto. Las palabras de Víctor García de la Concha fueron un brindis hacia el propio Jurado, del que destacó  su rigor “por el estudio previo de los libros a los que se enfrenta” mientras añadía con generosidad: “La verdad es que aprendemos unos de otros”.

Elena Medel, XXVI Premio a la Creaci¢n Joven-foto Ux°o da Vila

El libro galardonado con el Premio a la Creación Joven –Chatterton- está destinado, en palabras del poeta Jaime Siles, “a marcar una tendencia y una época dentro de su generación porque objetiva precisamente eso: una visión generacional.” Su autora, dice Siles, está “educada en la esperanza del triunfo y enfrentada a la realidad de un oscuro horizonte cuyo rasgo distintivo es el fracaso”. Sin considerar la obra de Medel como “poesía social aunque sí la roza en algunos momentos, y con gran calidad”, Siles hizo referencia a ciertos rasgos que el libro presenta de “poesía feminista, de la forma en que la entendieron Sylvia Plath y Anne Sexton”. Entre los éxitos lingüísticos de la poeta, Siles destacó “el valor de la sintaxis más que en el uso de las imágenes en sí, la yuxtaposición de los planos y el fragmentalismo de los significantes.” Entre imágenes cinematográficas y evocaciones costumbristas, Jaime Siles empujó a los asistentes a la lectura de un libro que bucea en la madurez en la mujer y todo lo que “comporta eso en nuestro mundo, de frustraciones y renuncias”. Esta “elegía a la adolescencia” -también en palabras de Siles- nos trae en su título a un célebre suicida y consigue utilizar unos rasgos poéticos “que no son los habituales en nuestra lírica”.

Al presentar Los desengaños -el poemario ganador de Antonio Lucas- quiso Luis Antonio de Villena compartir con los presentes que los propios miembros del Jurado se dieron cuenta, tras haber elegido los libros ganadores, que ambas obras tenían “una cierta sintonía común” marcada por los extremos temporales que implica la diferencia de edad de los poetas, los cuales “cierran el círculo de la última generación activa de la poesía española.” Hizo también referencia a la pluralidad de esa generación y apuntó que ya podríamos llamarla “Generación del 2000”, ya que empezó a manifestarse alrededor de ese año. Definió la obra de Lucas como “un libro muy trabajado y muy trabado” añadiendo que en él hay verso libre, pero también endecasílabos blancos o poemas en prosa, de forma muy estructurada y demostrando que tiene detrás “muchos autores”.

Antonio Lucas, XXVI Premio Loewe-foto Ux°o da VilaPara Villena, el autor se sostiene en la tradición y tiene referencias muy plurales, citando alguno de los poetas en los que se apoya, como el francés René Char y sus ecos surrealistas. La pérdida del amor, la amada ausente que no se nombra y el diálogo entablado con ella mantienen un tenso vínculo con un “claro elemento vitalista, de persona que se enfrenta con la vida cotidiana en su pluralidad”. Así, los dos poetas galardonados este año llegan, en palabras de Luis Antonio de Villena, “por caminos muy diferentes, a una misma sensación de desengaño, de pérdida, de falta de esperanza en el futuro”. Esta “crisis final del capitalismo” es -para Villena- la que aparece en estos dos libros, y la que aparece traducida en una poesía que presenta “mucha fuerza y cierta exaltación lírica, que tiende al lirismo puro y arrastra un elemento de configuración de un lenguaje básicamente irracionalista con una parte de claridad de parte aforística o sapiencial que nos habla del mundo contemporáneo”.

Los premiados acudieron a la cita puntualmente ilusionados, con palabras de agradecimiento y sus versos en la mano. Elena Medel volvió, tras conmover a los asistentes con sus poemas, al “fracaso y el desengaño” que dan vida a su libro, y Antonio Lucas supo regalar un guiño a sus compañeros de prensa que cubrían el evento como él mismo ha hecho tantas veces, tras declarar que “el Jurado de este premio da prestigio al galardón”. Al término del acto, ese mismo Jurado, satisfecho, recorría la sala y felicitaba a los poetas premiados.

Ganadores y Jurado XXVI Premio Loewe con Enrique y Sheila Loewe

La fiesta de la poesía no ha hecho más que empezar: este fin de semana verán la luz por primera vez los versos premiados; el viernes 15 de noviembre a las 19.30h, Elena Medel leerá parte de su Chatterton en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, como parte del Festival Eñe, con el que la Fundación Loewe colabora cada año. El sábado 16 a las 20.00h será Antonio Lucas quien, en compañía de José Manuel Caballero Bonald, Soledad Puértolas y la actriz Marisa Paredes, compartirá su poemario Los desengaños con los asistentes.

Los libros premiados se presentarán el próximo mes de marzo y serán publicados por la Editorial Visor de Poesía.

Fotografías de Antonio Lucas, Elena Medel, Enrique Loewe con Sheila Loewe, y Jurado y galardonados del XXVI Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe © Uxío da Vila para Fundación Loewe, 2013.

El XXV Premio de Poesía

Cuando termina la semana más poética del año para la Fundación Loewe, hay un nombre que brilla por encima de los demás: Juan Vicente Piqueras. El poeta valenciano ha visto su libro Atenas premiado por un jurado que, como destacó Álvaro García, nuestro ganador el año pasado, “es una antología de la mejor poesía española”.

Víctor García de la Concha como Presidente del Jurado, Francisco Brines, José Manuel Caballero Bonald, Antonio Colinas, Pablo García Baena, Jaime Siles, Luis Antonio de Villena y el ya citado Álvaro García, ejercieron de jueces y anfitriones en una presentación a la prensa que tuvo lugar la tienda Loewe de Gran Vía el pasado martes, con el Presidente de la Fundación, Enrique Loewe.

Los poetas rodearon a Piqueras que, por puro azar se encontraba en Madrid y que pudo ser localizado por la Fundación Loewe sólo unos minutos antes de que la noticia de su premio se hiciera pública; así, su presencia ante los medios fue generosamente improvisada. Piqueras (Los Duques de Requena, 1960), actual Jefe de Estudios en el Instituto Cervantes de Argel, compartió anécdotas de su vida actual, definiendo Argel como “una ciudad difícil pero conmovedora” que en ciertos aspectos le devolvía a formas de vida y relación de su pueblo natal; algo que no le resultaba ni incómodo ni, en cierto modo, extraño: “los novelistas –reflexionó con cierta ironía- son de ciudad y los poetas somos de pueblo”. Álvaro García, que presentó el libro ganador, definió Atenas como “una vuelta al Romanticismo, sin que sea una caja de ayes; no hay quejas”. El libro, que refleja la ciudad en la que residió el autor y de la que se despide con sus poemas, llevó a García a enmarcarlo dentro de las características de su propia generación, que parece “en constante despedida, en vilo…”. Con un lenguaje “nada críptico o anómalo, sino un lenguaje de todos, llevado a sus máximas consecuencias… incluso seco, a veces”, el autor, según el anterior ganador del Premio, rompe “con el sentimentalismo, con el simbolismo” de la generación precedente, en una obra que “no hace ruido, hace música”.

La lectura de los poemas “Súplica” y “Museo de la Acrópolis” por parte de Juan Vicente Piqueras, puso punto y seguido a un acto que tuvo continuidad tres días después en el Festival Eñe. El Círculo de Bellas Artes de Madrid acogió una lectura poética en la que Piqueras estremeció a los asistentes con sus versos, que en voz del autor cobraron una dimensión extrema, y a los que sus compañeros de mesa -Enrique Loewe, Luis Antonio de Villena, el actor Juan Margallo y Jaime Siles- sólo pudieron rendirse. Fue precisamente Siles quien, al término de su intervención, definió el libro ganador como “uno de los mejores de su generación”.

El XXV Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe coincide con el 25 Aniversario de la Fundación Loewe, cuyo Presidente anunció estos días su próxima jubilación; será su hija Sheila Loewe quien quede al frente de la Fundación. Coincidiendo con la próxima ceremonia de entrega del Premio, en marzo, se reunirá a los ganadores de las ediciones anteriores, para conmemorar una fecha tan significativa como jubilosa para la poesía española.

Museo de la Acrópolis

Una mano de mármol, pero sólo los dedos,
sobre un hombro de mármol sin cabeza.

Un brazo erosionado que nadie tiende a nadie.

Un caballo sin patas.
Un jinete que es sólo sus muslos.

Dionisio a pedazos, recompuesto.

Un toro sin cuernos que está siendo devorado
por un león que no está,
sólo sus garras.

Admiramos lo desaparecido.
Tal vez nuestra cultura nace de estas ausencias,
de lo vacío, de lo que no hay.

También nosotros somos lo que queda
de nosotros,
lo que nos falta, el hueco que nos cuida.

Fotografías: Juan Vicente Piqueras agradeciendo el premio junto a los miembros del jurado y al Presidente de la Fundación Loewe © Uxío da Vila, 2012. “Museo de la Acrópolis”, poema del libro premiado © Juan Vicente Piqueras, 2012.
17 – 11 – 2012