Víctor Rodríguez Núñez desea, sobre todo, que despegue, el libro con el que ha ganado el XXVIII Premio Internacional de Poesía FUNDACIÓN LOEWE, “sea leído”. “Es el sueño más grande que uno pueda tener”, afirma.
Nacido en Cuba pero asentado en los Estados Unidos desde hace varias décadas, afirma que “cuando vivía en Cuba sólo era un poeta cubano; ahora soy un poeta cubano especializado en poesía cubana”. Reconoce que se había presentado al Premio LOEWE en numerosas ocasiones, ya que “es el premio más importante en su categoría en lengua española; no es el que da más dinero, pero es el que todo el mundo quiere ganar”, explica. “Su rigor, el jurado y la nómina de ganadores es impresionante. Es un honor estar ahí”.
Entre risas, reconoce: “Cada vez que terminaba un libro lo mandaba al LOEWE y cuando perdía… entonces lo enviaba a otro concurso”. Por ello, se siente “muy orgulloso de haberlo ganado por fin” y afirma agradecer “a todos los que me han hecho esto más difícil, porque me han hecho mejor. La resistencia es muy importante para todo artista.”
Vive un momento luminoso, claro está, pero encuentra difícil definirse como escritor. “Uno no es siempre un mismo poeta, uno está siempre cambiando. Lo importante es la consciencia de ese cambio; es un grave problema resistirse a cambiar, va en detrimento de su obra. Las identidades no existen, lo único que existe es el cambio. La identidad está relacionada con el verbo ‘ser’, y el verbo ‘ser’ es una ilusión. El verbo ‘estar’ es el que representa a la realidad. ‘Estamos’ en el mundo, no ‘somos’. Esa distinción es una riqueza del español que no tienen otras lenguas.”
Sí está seguro, sin embargo, de una característica importante en su personalidad poética: la independencia. “Yo no pertenezco a ningún grupo ni conozco a nadie. No soy un escritor oficial cubano, ni tampoco un escritor disidente cubano. Soy un escritor independiente -explica- y la independencia se paga caro. Lo pagas con la exclusión de antologías, de las publicaciones… no tengo un editor en ninguna parte. La única forma que yo he tenido para seguir publicando ha sido someterme a la lotería de los concursos y eso me ha hecho sentirme, a la larga, bastante seguro de lo que escribo porque he ganado varios premios importantes sin conocer a nadie”. Explica el poeta que lo que escribe “se ha ido imponiendo por sí mismo” y eso “le regocija”, de modo que está “muy agradecido a España por esa cogida porque ha significado mi puerta de escape.” Sin dudarlo, añade: “Aquí me he realizado como poeta.”
Acerca de la repercusión del Premio, explica que “la noticia salió en todos los periódicos de referencia de América Latina”. Así que, advierte divertido: “Si este año mandaron ochocientos manuscritos, ¡a lo mejor al año que viene mandan mil!” Y haciendo referencia a su presencia como miembro del Jurado de la próxima edición, afirma: “¡Me tocará mi parte en el trabajo de abrirme paso en esa selva de poemas!”.
Fotografía: Víctor Rodríguez Núñez en la entrega del XXVIII Premio Internacional de Poesía FUNDACIÓN LOEWE © Uxío de Vila para FUNDACIÓN LOEWE, 2016.
Gracias por La Poesía… Que también se encuentra en cada pliegue de una falda o dentro de un bolso ;)))
¡¡¡Valioso acicate para aquellos poetas desconocidos, como yo!!!
Enhorabuena Víctor. La casualidad ha hecho que vuelva a recordar el libro «Todas las Jauría del Rey» que Alberto Rodríguez Tosca me regaló en Asturias, a finales de los ochenta. Un abrazo.
Vitico, es ahora que puedo leer esto en Internet, ya sabes lo casi imposible que es en la isla, y mi primer pensamiento fue sentime orgulloso por ti. No sé como se explica eso y es lo que más me gusta. Un grandísimo abrazo, paco.