Carmen vuelve a la Compañía Nacional de Danza que dirige José Carlos Martínez. Un título emblemático, que esta vez rompe completamente con la visión tradicional de la historia, acaba de resucitar de manos del coreógrafo Johan Inger.
Estos días, el Teatro de la Zarzuela de Madrid acoge a la CND -de la que la Fundación Loewe es su patrocinador oficial- ofreciendo su escenario a una versión contemporánea y valiente, capaz de colocar a Carmen en una situación de igualdad; la Carmen que ha creado Johan Inger desenfoca la imagen romántica del archiconocido personaje y sitúa la acción en un contexto social que tiene que ver con nosotros mismos, con la realidad actual.
Johan Inger es un coreógrafo de gran prestigio internacional surgido del Real Ballet Sueco y el Nederlands Dans Theater, además de antiguo director del Cullberg Ballet, que ha tenido la valentía y el arrojo de enfrentarse -precisamente en España- a un personaje puramente español, y ha reflexionado sobre los estereotipos sociales, clasistas y de género que ha sufrido Carmen a lo largo de los siglos. Con la colaboración del actor y dramaturgo Gregor Acuña-Pohl, Inger ha investigado en profundidad en la obra de Prosper Merimée y se ha alejado de la ópera de Bizet. Esta obra, de brillante partitura y escenas de tipismo español, ha marcado a varias generaciones por su encanto romántico y su toque costumbrista, pero quizás fue alejando al público de la autenticidad de los personajes originales, Carmen y José.
A partir de la novela original de 1847, Inger ha construido una obra que nos obliga a entender el crimen de José como un ataque a la libertad de la protagonista, y que nos muestra una situación clara de violencia de género; un crimen injustificable y moralmente reprochable. Un personaje creado para la ocasión -un niño- acompaña al espectador durante toda la obra, presenciando los acontecimientos desde el escenario. Sus reacciones, a semejanza de los modelos que tiene frente a sí, nos refleja nuestra responsabilidad ante las situaciones de violencia doméstica, con la que en la actualidad estamos adecuadamente sensibilizados. Los celos y la violencia de José, que en siglos anteriores se querían justificar por el comportamiento de la protagonista, son ahora un despropósito evitable y condenable.
Con vestuario de David Delfín, escenografía de Curt Allen Wilmer, iluminación de Tom Visser y música original de Marc Álvarez, que completa la partitura de Rodion Shchedrin –Carmen Suite, para cuerda y percusión- esta Carmen parece destinada a que el público actual descubra las múltiples perspectivas que siempre puede ofrecer una historia emblemática.
Más información en el teléfono 915 245 400, en http://teatrodelazarzuela.mcu.es y en las taquillas del teatro.
Fotografías: Carmen © Jesús Vallinas para la CND, 2015.