Unidad, continuidad, sinceridad… Víctor García de la Concha, Presidente del Jurado del Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe, empleó estas palabras para explicar qué hace que una obra como Canción en blanco sea merecedora del Premio.

Fue el pasado viernes en el Festival Eñe. García de la Concha, Pérez Azaústre y el actor Fernando Andina acompañaron al ganador de esta XXIV edición, Álvaro García, en la primera lectura pública de su obra premiada.

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García de la Concha, recurriendo al prólogo de Aurora, de Nietzsche, subrayó que “un lector de poesía es un lector despacioso, que abre el libro con dedos delicados”. Lo primero que el lector recibe de un poema es su música, añadió. Recordó una frase de José Hierro: “Cuando encuentro el ritmo, ya está hecho el poema”, y citando los versos de Álvaro García: “La música, el amor reordenan el mundo”. “Álvaro García sería – citando ahora palabras del humanista Lorenzo Valla-, un “escritor-abeja” (en contraposición a un “escritor-hormiga”) porque fabrica su propia miel, “dejando que el poema le suceda”. “No hay que olvidar que la memoria crea antes de que el pensamiento recuerde”, añadió García de la Concha.

“Merece la pena ganar el Premio sólo por oír las palabras que ha dicho sobre mi poema Víctor García de la Concha” indicó García emocionado.

Canción en blanco no es “una canción de color blanco”, sino un poema sin pre-historia, un poema no pre-escrito, fruto del diálogo, envuelto en música, entre dos amantes que tienen una historia previa que se imagina pero no se cuenta.

El poeta crea, construye, ordena sensaciones, recopila vivencias… Su equipaje, indicó Pérez Azaústre, es él mismo. García, en este sentido, explicó que su libro es autobiográfico, “pero no una autobiografía”; no se trata de “contar mi vida, sino de contar con ella”, dijo.

Y nosotros añadimos que merece la pena contar con el Festival Eñe Madrid de literatura como una reveladora cita anual cada mes de noviembre.