Archivo de la etiqueta: XXVI Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe

Las voces de Elena Medel y María Gómez Lara

Elena Medel viste de negro; María Gómez Lara ha elegido un vestido lleno de colores y adorna su pelo con una enorme flor verde. Aún siendo de la misma generación, sus voces poéticas son tan distintas como sus vestidos, quizás porque un océano las separa. Si Medel, cordobesa, defiende sus versos con voz rítmica y rigurosa, con los ojos fijos en el libro, la colombiana Gómez Lara se cimbrea en la butaca y vierte un chorro de voz que nos llena de desazón, buscando la mirada del espectador. Las dos, tan opuestas, han sido galardonadas con el Premio LOEWE a la Creación Joven en las ediciones XXVI y XXVII, respectivamente.

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Una lectura de poemas en la tienda LOEWE de la Gran Vía madrileña ha reunido dos formas -paralelas y complementarias- de entender la poesía. “La poesía como mirada, más que como género”, explicaba Medel. Gómez Lara, apenas comenzó a leer, apuntó: “Me hace muy feliz que así escribamos tan diferente, seamos capaces de disfrutar la poesía juntas”. Las dos germinaron como poetas a partir de referentes muy distintos. Elena Medel recordó a las mujeres que forjaron su carácter -madre y abuela- para leernos poemas que arrancaron en su adolescencia –Mi primer bikini– y también, entre otros, los nacidos a partir de su reflexiones sobre la muerte. “Mi libro Tara cambió su rumbo al morir mi abuela”, confesó Elena con sus poemas de amor -en sus múltiples facetas- y pérdida.

“La noche de tu muerte
Dios acribillaba a gargajos el cristal de mi ventana. La lluvia
dolía igual que duele el frío en un cuento navideño
con barrios de cartón. El viento
golpeaba las paredes, se colaba por las rendijas de la casa,
helaba los armarios, componía con sus silbidos una
nana que velase
por todas nosotras (…)”
[Tara, 2006]

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Poetas como Emily Dickinson o Fernando Pessoa y sus heterónimos protagonizaron la lectura de María Gómez Lara, así como sus mudanzas y vivencias. Un poema inédito se filtró desde la antipatía del clima de Boston, donde reside actualmente. “Soy del trópico; el frío me entristece”, sentenció la poeta. También del huracán Sandy, que la mantuvo una noche recluida en una bañera, surgió un poema:

your burning temple next to mine

repito el verso de Blaga en la tormenta
como un conjuro un amuleto algo de ti

me aferro
no lo suelto burning temple
sola esperando a que toque tierra el huracán
next to mine dijiste alguna vez (…)”
[Contratono, 2015]

“Un poema -apuntó Elena Medel- puede estar en una novela, en un ensayo, en una pieza de teatro”. Poemas que trascienden en manos de los lectores, como confesó María Gómez Lara. “Ver que eso que has escrito estando solo, tiene un impacto sobre alguien, es muy bonito”.

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Fotografías: Elena Medel y María Gómez Lara con Sheila Loewe © Daniel Mordzinski para FUNDACIÓN LOEWE, 2015.

Antonio Lucas y Elena Medel en La Noche de los Libros

De la mano de los más recientes ganadores de su Premio Internacional de Poesía, la Fundación Loewe participa hoy, día 23 de abril, en la celebración de La Noche de los Libros. Un mano a mano de poetas reunirá a Antonio Lucas y Elena Medel en la Galería Loewe de la madrileña calle de Gran Vía.

la ganadora Elena Medel, en la lectura de un poema

Recientemente hablaba Lucas en nuestro blog del Premio, de la poesía y de su amistad con Medel. Hoy, es ella la que nos cuenta su llegada a la poesía: “Aprendí a leer muy pequeña, y comencé a escribir relatos por imitación: con las atmósferas de los cuentos que leía, con sus protagonistas, inventaba personajes y transformaba los finales. Más tarde, en el tránsito del colegio al instituto, me regalaron una antología de la generación del 27, y allí me encontré con Lorca y los versos de Poeta en Nueva York. No comprendía qué quería decirme, pero me ocurría igual que con una canción en un idioma que no entiendo: su música y las imágenes que me removía me bastaban. Con la poesía me ocurrió igual, que me inicié en ella por imitación, pero pronto quise contar desde mi voz.”

La poesía, como a tantos otros, le cambió la vida “en todo, por supuesto”. Es Medel una escritora con los pies en la tierra, que rechaza “el misticismo en torno a la lectura y la escritura, y no creo que afronte la vida de una forma distinta por leer o escribir poemas, pero sin los poemas de los poetas que me guían me faltarían muchas experiencias.” A la poesía le debe, cómo no, “muchas vivencias y muchos buenos amigos.” Reflexionando sobre su poemario Chatterton respecto a su obra anterior, dice la escritora que “lo distingue la propia escritura: no tanto en el plano formal, creo, como en el propio acto de escribir, que aquí ha sido más consciente que en los anteriores poemarios, en los que aún me faltaba por encontrar el tempo. El lenguaje es más claro que en Tara y más narrativo que en Mi primer bikini, y el resultado más maduro que en ambos, por motivos cronológicos obvios.”

Los Premiados en el acto de entrega con Enrique y Sheila Loewe

Su presencia en el Premio Loewe fue el resultado de una serie de vicisitudes, ya que en 2012 había cerrado DVD Ediciones, con la que Elena Medel había publicado sus anteriores poemarios: se había quedado sin editorial. “Llevaba muchos años sin publicar un libro, siete cuando terminé Chatterton, ocho ahora, y presentarme a un premio me parecía la opción más rápida de dar salida al libro en una buena editorial. El Premio Loewe (yo confieso que, cuando me presenté, pensé siempre en la opción a la Creación Joven) me garantizaba el apoyo de Visor, con una magnífica distribución en España y Latinoamérica, y sobre todo el prestigio del jurado (con algunos de los maestros a los que más admiro) y el listado de ganadores que me precede.” También confirma, generosa, el atractivo del respaldo de la Fundación Loewe: “una entidad privada que decide invertir su dinero en la cultura, y en expresiones muchas veces tan minoritarias como la poesía o la danza. Ojalá muchos otros imitasen su ejemplo.”

El Premio ha supuesto un reconocimiento importante a su trabajo. «Cuando terminé Chatterton no estaba segura de haber dado el paso correcto, por los cambios que presentaba desde mi anterior libro, y todo eran dudas y temores; pero hablar en la rueda de prensa tras el fallo con Francisco Brines, Pablo García Baena o Jaime Siles, y que me comentaran aspectos concretos sobre el poemario que les habían interesado, que se refiriesen a escenas o poemas, igual que yo podría referirme a escenas o poemas suyos… Me impresionó y, al mismo tiempo, me calmó, igual que la reacción de los lectores, que está siendo generosísima.» Y añade, ya tranquila: «El Loewe Joven ha supuesto un respaldo a mi escritura.»

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Elena Medel admite su ilusión por leer con el poeta madrileño, porque “es buen amigo desde hace muchos años, y a quien admiro, sobre todo, desde que leí Lucernario.” Los desengaños –el poemario ganador del Premio Loewe- ha entusiasmado a Medel,por lo que tiene de pararse a contemplar su estado, y de reflexionar desde la rabia y la urgencia y la fuerza poética, inmensa, que guía el libro. ¡Y esos poemas en prosa!”.  Medel nos adelanta algo sobre su participación esta noche: “Supongo que, además de leer poemas de Chatterton, rescataré poemas de Tara y quizá alguno posterior. Será un recorrido curioso…”.

Fotografías: Antonio Lucas, Elena Medel, Enrique Loewe y Sheila Loewe en la entrega de galardones del XXVI Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe. Elena Medel en la lectura de su poemario ganador, Chatterton © Fundación Loewe, 2014.

Feliz Día Mundial de la Poesía

Fuera de sitio

Imagina que el tiempo sólo es lo que amas:
unas pocas palabras, unos seres exactos,
unas horas muy lisas, una playa (quizá)
donde el daño no acecha.

Imagina la vida como no lo es ahora,
no quiero decir como algo perfecto,
sino un resplandor, cierto abril de muy lejos,
un tributo al azar sin otro destino
que el confín fugitivo de un eco sin rostro.
Y después cualquier cosa.

Con qué precisión va la edad hilvanando el espino.
Y qué extraña la urgencia de ir en pie hasta la ola,
celebrar lentamente que aniquile mi huella,
mi escritura de hombre, mi certeza de surco,
ser la alta misión de lo que nunca concluye
como no cierra el mar su recado en la orilla.

Pero no es estar quieto la razón ni la meta,
sino un querer más pequeño, una conquista más clara:
ver la vida llegar de su noche a tu noche
en un cuerpo ajeno,
pronunciar su silencio,
abrazar su alambrada,
desear su vacío,
delirar sin camino, sin mapa, sin fuego,
hasta el tiempo sin tiempo
del país que no haremos.

De Los desengaños
Antonio Lucas
Premio Loewe 2013
Visor, 2014

UN CUERVO EN LA VENTANA DE RAYMOND CARVER

para Erika

Nadie se posa en el alféizar -son veintiocho años
de espacio adolescente-,
pero qué ocurriría si el pájaro sobre el que he leído
en todos los poemas
se colara por el patio de luces y asomara
por el alféizar de mis veintiocho años,

un pájaro
mi habitación adolescente.

Y qué ocurriría si yo escribiese aún
-si me preguntan, respondo que ya no-
y un pájaro cualquiera, ninguno de los pájaros sobre
los que haya leído en todos los poemas,
un cuervo o una de las palomas negras que asoman en la oficina,
interrumpiese en la escritura
como el que se posó en la ventana de Carver.

¿Ganaría su lugar en el poema?
¿Dejaría de ser pájaro?

Alza el vuelo. Ya no hay
habitación en el alféizar.

De Chatterton
Elena Medel
Premio Loewe a la Creación Joven 2013
Visor, 2014

Poesía y vida

La gran fiesta de la Fundación Loewe gira cada año en torno a la poesía.

Jon†s Trueba, Enrique Loewe, Elena Medel, Antonio Lucas, Sheila Loewe y Juan Diego Botto

Artistas, escritores, periodistas, políticos y gestores se reúnen cada año en el Hotel Palace de Madrid para celebrar la entrega del Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe, que en esta XXVI edición ha recaído en manos de Antonio Lucas por su libro Los desengaños y Elena Medel, en Creación Joven, por su poemario Chatterton. Ambos, como de costumbre, han sido publicados por la Editorial Visor.

Juan Diego Botto, presentando el libro los Desenga§os, de Antonio Lucas

Aunque el ambiente de celebración es constante, año tras año, y los reencuentros que tienen lugar en los salones del Palace son siempre entrañables, nada logra restarle protagonismo a la auténtica estrella de ese momento: la poesía.

Se puede vivir sin poesía -se dijo en numerosas ocasiones durante el acto de presentación de los libros- pero sin duda, la vida estaría mucho más vacía, sería menos rica e interesante. Poetas de referencia se mezclaron el pasado miércoles con los más jóvenes -ganadores del Premio Loewe en ediciones anteriores- y ese ambiente de camaradería en el oficio y en la vida resalta el auténtico significado del acto de entrega del galardón.

Eduardo Arroyo, Carmen Iglesias y V°ctor Garc°a de la Concha

Como no podía ser de otra manera, las palabras de Enrique Loewe, Presidente de Honor de la Fundación, se vieron empapadas de recuerdos a escritores fallecidos recientemente y muy vinculados a los primeros tiempos del Premio de Poesía: Octavio Paz fue, según palabras de Enrique Loewe, «el impulso y la energía» de los primeros años, fundamentales para que este galardón de las letras españolas pueda seguir disfutando de una larga y prestigiosa existencia; la poesía de Juan Luis Panero, primer ganador del Premio, propició la memoria y el reconocimiento a los galardonados en el pasado.

Además, Ana María Moix, brillante mujer de letras e impulsora de los Premis Terenci Moix en Barcelona, con los que la Fundación Loewe ha tenido un vínculo estrecho durante varios años, y el poeta Félix Grande, amigo y estimulante presencia en los actos de la Fundación Loewe, fueron recordados con cariño y agradecimiento.

Sheila Loewe y Angel Schlesser

Mirando al futuro con ilusión y alegría, augurando lo mejor para la Fundación -ahora en manos de su hija Sheila- Enrique Loewe disfrutó de un acto que también daba protagonismo a otras artes, y que vinculaba por primera vez cine y poesía.

La entrega de los galardones de manos de Enrique y Sheila Loewe a los poetas premiados derivó en la presentación de los libros por parte del guionista y director de cine Jonás Trueba y el actor Juan Diego Botto. Admiración y complicidad se adivinaban en las palabras de ambos, que cerraron los propios poetas leyendo sus versos ganadores. La cercanía generacional de los cuatro, poetas y cineastas, se revelaba en espíritu de colaboración, cercanía y buenos presagios.

Nuevas generaciones toman el relevo y nuevos poemas esperan su oportunidad.

Elena Medel con Jon†s Trueba y Juan Diego Botto

Fotografías: Jonás Trueba, Enrique Loewe, Elena Medel, Antonio Lucas, Sheila Loewe y Juan Diego Botto; Antonio Lucas y Juan Diego Botto; Eduardo Arroyo, Carmen Iglesias y Víctor García de la Concha; Sheila Loewe y Ángel Schlesser; Elena Medel con Jonás Trueba y Juan Diego Botto © Fundación Loewe, 2014.

Antonio Lucas, poeta

Dos meses después de haberse alzado con el XXVI Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe, Antonio Lucas ve cómo se acerca el momento de tener su libro ganador –Los desengaños– entre sus manos y a disposición de sus lectores. Será su quinto poemario; con sus obras anteriores, Lucas ya había reunido reconocimientos como el Premio Internacional Ciudad de Melilla (Los mundos contrarios, 2009), el Ojo Crítico que concede RNE (Lucernario, 1999) y un áccesit del Premio Adonais (Antes del mundo, 1996). Sin embargo, tras ganar el Premio Loewe, el poeta admite que «hay una mayor recepción hacia lo que uno escribe; por ejemplo en la librería Visor y en otros lugares me han contado que ya ha ido gente preguntando por Los desengaños. Eso destaca un cierto interés que no habían tenido otros libros; también ha tenido una enorme difusión en los medios. He ganado otros premios y todo había sido mucho más modesto, en esta ocasión ha habido muchas más atenciones y llamadas. Se nota la tradición tan extensa que arrastra el Premio Loewe. Me lo habían advertido algunos amigos que lo habían ganado previamente, y es cierto que de algún modo me ha cambiado la perspectiva.»

Antonio Lucas 2

Antonio Lucas es redactor de cultura y columnista en el periódico El Mundo y según nos confiesa, «lo único que he escrito más allá de los artículos periodísticos, desde jovencito, ha sido poesía». Afirma que su llegada al mundo en verso fue bastante natural ya que su padre es «un gran lector de poesía, muy constante» y su infancia ya se desarrolló en ese ambiente; además de conocer poetas que eran amigos de la familia, su padre les leía -tanto a él como a su hermana- poesía de Rafael Alberti, Miguel Hernández o Antonio Machado. Para Lucas, ese primer contacto con la poesía fue «bastante ingenuo, incluso pasivo». Sin embargo «a partir de los catorce o quince años empecé a leer por mi cuenta y a hacer los primeros versos; al principio imitando a los poetas que a uno le gustaban, como Lorca o Aleixandre, pero después pasas de ese ejercicio casi caligráfico de imitar a los poetas que te gustaban, a hacer cosas propias». Al final, confiesa el escritor, «te quedas apresado en ese mundo tan fascinante que es contar tu vida o tus emociones a través de los versos. La poesía se convirtió en uno de los puntales de mi forma de entender el mundo, ver las cosas y entenderme a mí mismo».

Para Lucas, el Jurado del Premio Loewe es «lo que le da esa pátina de excepcionalidad y lo convierte en un gran aliciente para tantos poetas españoles e hispanoamericanos; es un Jurado en el que hay premios Cervantes, premios Príncipe de Asturias, poetas a quien uno admira, ha leído, y que forman parte de su educación fundamental… un Jurado como ese se convierte en faro de costa no sólo de los demás premios de poesía, sino de todos los premios literarios que hay en España. El mejor elogio de sus miembros es que hayan optado por dar a Los desengaños el XXVI Premio Loewe de Poesía. Que hayan apostado por que ese libro forme parte de la escudería del Premio Loewe es el mayor reconocimiento».

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Esta ha sido la primera vez que Antonio Lucas se presentaba al Premio, y afirma que «estaba muy seguro de que el libro estaba a la altura de lo que han sido otros ganadores del Loewe. En otros libros tuve la tentación pero, no es que no estuviese seguro de ellos, sino que pensaba que podía hacerse algo mejor, o se podía madurar de un modo más sólido, así que lo que hice fue esperar a tener un libro que pudiera estar a la altura que exige el Loewe. De mis cinco libros, sí creo que Los desengaños es el libro más cuajado, más hecho. Es probablemente en el que hay volcada una nueva percepción de lo que es mi propia poesía; mi obra anterior tiene un punto más abstracto, a veces más distante de lo real; en este hay una combinación de esa abstracción a la que no renuncio y de esa voluntad de hacer de la poesía también una herramienta de lenguaje, pero este libro es menos ensoñador. Los desengaños está lleno de lo que vivía yo por un lado y de lo que vivimos en la sociedad española por otro; por una parte aparece una ruptura sentimental -la separación de una mujer tras muchísimos años juntos- y por otra una percepción del presente que atravesamos y de la situación de incertidumbre que hay en lo ámbito de lo social. Esas dos cosas conformaban un estado de ánimo que no es de tristeza, sino de superación. El libro está escrito con un gran entusiasmo a pesar de que viene de dos arañazos: el arañazo del ciudadano que no comprende bien lo que sucede a su alrededor y no le gusta, y el arañazo de la persona que pierde a alguien que ha sido fundamental en su vida durante tantos años».

Antonio Lucas con Francisco Brines

Para la ganadora del Premio Loewe a la Creación Joven -Elena Medel- sólo tiene buenas palabras: «Conocí a Elena cuando tenía catorce o quince años, y ya sus primeros poemas me parecieron de una gran calidad poética y de una enorme madurez para su edad. Fue una gran sorpresa ver que habíamos ganado los dos este año y que encontraba una ‘cómplice’ como compañera de viaje en el Premio Loewe. «Es lo mejor que nos podía haber sucedido a los dos en esta aventura», añade.

Nuestro ganador de 2013 no quiere dejar de recordar lo que considera «los otros puntales del Premio Loewe», además del Jurado: el plantel de ganadores anteriores y la editorial. De los primeros afirma que «demarcan muy bien el panorama de la poesía en español -tanto española como iberoamericana- que es muy rico y muy poderoso; es un privilegio formar parte de esa escudería». Respecto a la Editorial Visor, confiesa Lucas ilusionado que «es muy estimulante que sea Visor, mi editorial, la encargada de publicar su poemario. «Visor es uno de los puntos de referencia de la poesía y también es de mi propia trayectoria lectora. Que además sea quien lo edite hace que el Premio se convierta en algo mucho más cercano para mí, mucho más familiar. Estar en Visor otra vez es como estar en casa con los mejores amigos.»

Fotografías:  Antonio Lucas en el acto de presentación de su libro Los desengaños y acompañado del poeta Francisco Brines © Uxío da Vila, 2013 para Fundación Loewe.

Antonio Lucas y Elena Medel, protagonistas del XXVI Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe

Mientras aún se disfrutan los ecos de la presentación de nuestro Elogio de la Cultura, y en el mismo espacio en el que se exhiben los retratos de Chema Conesa nacidos especialmente para esta publicación, la Fundación Loewe vuelve los ojos hacia la que ha sido una de sus más celebradas creaciones: el Premio Internacional de Poesía. La Fundación Loewe acaba de cumplir 25 años y en 2013 celebra la vigesimosexta edición de un certamen que ha brindado a las letras la oportunidad de reunir, entre miembros del Jurado y escritores galardonados, la mejor antología de la poesía en lengua española de los últimos tiempos.

Antonio Lucas y Elena Medel -foto Ux°o da Vila

Tanto Antonio Lucas (Madrid, 1975), premiado en la edición de este año, como Elena Medel (Córdoba, 1985), ganadora del Premio Loewe a la Creación Joven, han sido capaces de deslumbrar con el poder de sus versos a un Jurado ya emblemático en el mundo literario y que cuenta con recientes incorporaciones; bajo la presidencia de Víctor García de la Concha, el certamen de este año ha reunido a Francisco Brines, José Manuel Caballero Bonald, Antonio Colinas, Pablo García Baena, Clara Janés, Soledad Puértolas, Jaime Siles, Luis Antonio de Villena, y Juan Vicente Piqueras, ganador del Premio en su edición anterior.

Sheila Loewe y Enrique Loewe-foto Ux°o da Vila

Todo en la jornada del anuncio del fallo fue una fiesta, desde la presentación del acto en manos de Enrique Loewe, Presidente de Honor de la Fundación Loewe, y su hija Sheila Loewe, Directora de la Fundación, hasta las palabras de los poetas en los corrillos previos a su subida al estrado; pura emoción y respeto. Las palabras de Víctor García de la Concha fueron un brindis hacia el propio Jurado, del que destacó  su rigor “por el estudio previo de los libros a los que se enfrenta” mientras añadía con generosidad: “La verdad es que aprendemos unos de otros”.

Elena Medel, XXVI Premio a la Creaci¢n Joven-foto Ux°o da Vila

El libro galardonado con el Premio a la Creación Joven –Chatterton- está destinado, en palabras del poeta Jaime Siles, “a marcar una tendencia y una época dentro de su generación porque objetiva precisamente eso: una visión generacional.” Su autora, dice Siles, está “educada en la esperanza del triunfo y enfrentada a la realidad de un oscuro horizonte cuyo rasgo distintivo es el fracaso”. Sin considerar la obra de Medel como “poesía social aunque sí la roza en algunos momentos, y con gran calidad”, Siles hizo referencia a ciertos rasgos que el libro presenta de “poesía feminista, de la forma en que la entendieron Sylvia Plath y Anne Sexton”. Entre los éxitos lingüísticos de la poeta, Siles destacó “el valor de la sintaxis más que en el uso de las imágenes en sí, la yuxtaposición de los planos y el fragmentalismo de los significantes.” Entre imágenes cinematográficas y evocaciones costumbristas, Jaime Siles empujó a los asistentes a la lectura de un libro que bucea en la madurez en la mujer y todo lo que “comporta eso en nuestro mundo, de frustraciones y renuncias”. Esta “elegía a la adolescencia” -también en palabras de Siles- nos trae en su título a un célebre suicida y consigue utilizar unos rasgos poéticos “que no son los habituales en nuestra lírica”.

Al presentar Los desengaños -el poemario ganador de Antonio Lucas- quiso Luis Antonio de Villena compartir con los presentes que los propios miembros del Jurado se dieron cuenta, tras haber elegido los libros ganadores, que ambas obras tenían “una cierta sintonía común” marcada por los extremos temporales que implica la diferencia de edad de los poetas, los cuales “cierran el círculo de la última generación activa de la poesía española.” Hizo también referencia a la pluralidad de esa generación y apuntó que ya podríamos llamarla “Generación del 2000”, ya que empezó a manifestarse alrededor de ese año. Definió la obra de Lucas como “un libro muy trabajado y muy trabado” añadiendo que en él hay verso libre, pero también endecasílabos blancos o poemas en prosa, de forma muy estructurada y demostrando que tiene detrás “muchos autores”.

Antonio Lucas, XXVI Premio Loewe-foto Ux°o da VilaPara Villena, el autor se sostiene en la tradición y tiene referencias muy plurales, citando alguno de los poetas en los que se apoya, como el francés René Char y sus ecos surrealistas. La pérdida del amor, la amada ausente que no se nombra y el diálogo entablado con ella mantienen un tenso vínculo con un “claro elemento vitalista, de persona que se enfrenta con la vida cotidiana en su pluralidad”. Así, los dos poetas galardonados este año llegan, en palabras de Luis Antonio de Villena, “por caminos muy diferentes, a una misma sensación de desengaño, de pérdida, de falta de esperanza en el futuro”. Esta “crisis final del capitalismo” es -para Villena- la que aparece en estos dos libros, y la que aparece traducida en una poesía que presenta “mucha fuerza y cierta exaltación lírica, que tiende al lirismo puro y arrastra un elemento de configuración de un lenguaje básicamente irracionalista con una parte de claridad de parte aforística o sapiencial que nos habla del mundo contemporáneo”.

Los premiados acudieron a la cita puntualmente ilusionados, con palabras de agradecimiento y sus versos en la mano. Elena Medel volvió, tras conmover a los asistentes con sus poemas, al “fracaso y el desengaño” que dan vida a su libro, y Antonio Lucas supo regalar un guiño a sus compañeros de prensa que cubrían el evento como él mismo ha hecho tantas veces, tras declarar que “el Jurado de este premio da prestigio al galardón”. Al término del acto, ese mismo Jurado, satisfecho, recorría la sala y felicitaba a los poetas premiados.

Ganadores y Jurado XXVI Premio Loewe con Enrique y Sheila Loewe

La fiesta de la poesía no ha hecho más que empezar: este fin de semana verán la luz por primera vez los versos premiados; el viernes 15 de noviembre a las 19.30h, Elena Medel leerá parte de su Chatterton en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, como parte del Festival Eñe, con el que la Fundación Loewe colabora cada año. El sábado 16 a las 20.00h será Antonio Lucas quien, en compañía de José Manuel Caballero Bonald, Soledad Puértolas y la actriz Marisa Paredes, compartirá su poemario Los desengaños con los asistentes.

Los libros premiados se presentarán el próximo mes de marzo y serán publicados por la Editorial Visor de Poesía.

Fotografías de Antonio Lucas, Elena Medel, Enrique Loewe con Sheila Loewe, y Jurado y galardonados del XXVI Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe © Uxío da Vila para Fundación Loewe, 2013.