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Las sílabas y el cuerpo, ganador del Premio LOEWE de Poesía 2022

El Jurado del XXXV Premio Internacional de Poesía FUNDACIÓN LOEWE presidido por Víctor García de la Concha y compuesto por Gioconda Belli, Antonio Colinas, Aurora Egido, Margo Glantz, Juan Antonio González Iglesias, Carme Riera, Jaime Siles, Luis Antonio de Villena y Orlando Mondragón, ganador de la anterior convocatoria, acordó durante la sesión de deliberación que tuvo lugar ayer lunes 3 de octubre, la concesión del Premio de esta XXXV edición al libro Las sílabas y el cuerpo del poeta Reiniel Pérez, nacido el 6 de abril de 1999 en Santa Clara, Cuba. Al tratarse de un libro escrito por un menor de 33 años, siguiendo las bases del Premio, este año no se contempla un Premio a la Creación Joven.

Jurado del XXXV Premio Internacional de Poesía FUNDACIÓN LOEWE

Según el Jurado, Las sílabas y el cuerpo es un libro unitario y rítmico, un poema en partes, con gran soltura expresiva y voluntad de innovación. Un libro de amor carnal, casi obsesivo, que ahonda en la vida sexual de las palabras y goza de la presencia de lo amoroso del cuerpo, como tema emotivo y eterno.

Jaime Siles comenta: “Las sílabas y el cuerpo es un libro sorprendente por la unidad de sus diez largos movimientos, mantenidos en tono, un tipo de verso y una temperatura de lenguaje admirables. Se trata de un gran libro de amor brillantemente escrito y expresado con un sistema próximo al versículo de Saint-John Perse, más que al de Vicente Aleixandre, y en el que se advierte una atrevida voluntad de innovación muy bien planteada y resuelta”.

Ahondando en esta idea, Aurora Egido dice del libro: “es una encarnación de la poesía en movimiento, con imágenes poéticas en secuencia muy logradas, donde el canto y el cuento están muy bien trabados y elaborados. Es un largo y completo poema de amor, de una prosa poética brillante”.

El fallo se ha hecho público hoy, 4 de octubre de 2022. La entrega del Premio y presentación del libro tendrá lugar en el mes de marzo de 2023.

Por primera vez en la historia del Premio, los poetas han podido presentar sus poemarios en formato digital; se han presentado un total de 1.976 participantes de 38 países. Un 48% procede de Hispanoamérica, siendo México, Argentina y Colombia, en este orden, los países con mayor índice de participación. En España, las provincias con mayor número de obras presentadas son Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla. Un 22% son menores de 33 años.

35 obras han quedado finalistas; puedes consultarlas aquí.

LOEWE FOUNDATION Craft Prize 2023 – Submissions now open

The LOEWE FOUNDATION is pleased to announce the opening of the LOEWE FOUNDATION Craft Prize 2023, which will take place next spring in New York. Those interested in participating in the sixth edition of the Prize can submit their applications until 25 October 2022.

 

 

 

 

 

 

 

 

Dahye Jeong «A Time of Sincerity», winner of the LOEWE FOUNDATION Craft Prize 2022.

Following the last edition of the Prize in Seoul, Jonathan Anderson, LOEWE’s Creative Director, noted that «people are starting to realize the power of craft as an expression, and it’s important to highlight that and that young people are encouraged to support”.

Each of the works received will be assessed by a panel of experts made up of artists, artisans, specialists, curators and designers, who will study criteria such as originality, artistic vision, material excellence, innovation, precision in execution and the author’s distinctive mark, to reach a pre-selection of 30 candidates.

This edition will bring new names to the committee, including Craft Prize 2022 finalists Andile Dyalvane (ceramist) and Myungtaek Jung (furniture designer), Wolfgang Lösche (Head of Exhibitions and Fairs at the Handwrkskammer in Munich) and Mary Savig (Curator of Crafts at the Renwick Gallery of the Smithsonian American Art Museum, Washington DC).

The shortlisted works will form part of an exhibition organised in New York, where the Prize’s Jury will select the winning piece. For the 2023 edition, the jury will have a new member, Dahye Jeong, who won the fifth edition of the Craft Prize with her piece A Time of Sincerity.

 

 

 

 

 

 

Finalists pieces exhibited at SeMoCA in Seoul

The winning work and the finalists of the last edition will be on display in the digital exhibition of the LOEWE FOUNDATION Craft Prize 2022, which will be available until October 25, 2022.

You can download the LOEWE FOUNDATION Craft Prize entry rules here.

 

Convocatoria del LOEWE FOUNDATION Craft Prize 2023

La FUNDACIÓN LOEWE tiene el placer de anunciar la apertura de la convocatoria del LOEWE FOUNDATION Craft Prize 2023, cuyo acontecimiento tendrá lugar en la primavera del próximo año en Nueva York. Los interesados en participar en la sexta edición del Premio podrán enviar sus solicitudes hasta el 25 de octubre de 2022.

 

 

 

 

 

 

 

 

Dahye Jeong «A Time of Sincerity», gandora del LOEWE FOUNDATION Craft Prize 2022

Tras la pasada convocatoria del Premio en Seúl, Jonathan Anderson, director creativo de LOEWE, destacó que «la gente está empezando a darse cuenta del poder de la artesanía como expresión, y es importante destacarlo y que los jóvenes se animen a apoyar”.

Cada una de las obras recibidas será valorada por un tribunal de expertos constituido por artistas, artesanos, especialistas, comisarios y diseñadores, el cual estudiará criterios como la originalidad, la visión artística, la excelencia material, la innovación, la precisión en la ejecución y el signo distintivo del autor, para alcanzar una preselección de 30 candidatos.

Esta edición dotará de nuevos nombres al comité como los finalistas del Craft Prize 2022, Andile Dyalvane (ceramista) y Myungtaek Jung (diseñador de muebles), Wolfgang Lösche (Jefe de Exposiciones y Ferias de la Handwrkskammer de Munich) y Mary Savig (comisaria de artesanía en la Galería Renwick del Smithsonian American Art Museum, Washington DC).

 

 

 

 

 

 

Obras finalistas expuestas en el SeMoCA en Seoul

Las obras finalistas integrarán una exposición organizada en Nueva York, donde el jurado del Premio seleccionará la pieza ganadora. Para la convocatoria de 2023, el jurado contará con un nuevo miembro, Dahye Jeong, quién fue ganadora de la quinta edición del Craft Prize con su pieza A Time of Sincerity.

La obra ganadora y las finalistas de la pasada edición podrán ser visualizadas en La exposición digital del Craft Prize FUNDACIÓN LOEWE 2022 que estará disponible hasta el 25 de octubre de 2022.

Puedes descargar las bases de participación del LOEWE FOUNDATION Craft Prize aquí.

 

 

La FUNDACIÓN LOEWE convoca el XXXV Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe 2022

Abierta la convocatoria para la XXXV edición del Premio Internacional de Poesía FUNDACIÓN LOEWE.

El periodo de inscripciones para el Premio LOEWE de Poesía permanecerá abierto hasta el 20 de junio. Desde la pasada edición, los autores podrán enviar sus poemarios tanto a través de la plataforma digital como por correo postal.

Para saber cómo presentarse, acceda a las bases, publicadas ya en nuestra página web.

El Premio Internacional de Poesía FUNDACIÓN LOEWE inició su andadura en 1988 con el fin de impulsar la calidad en la creación poética en lengua castellana.
Se premia una obra inédita de al menos 300 versos con 25.000€ y se contempla un Premio a la Creación Joven de 8.000€. Los Premios son publicados dentro de la Colección Visor de Poesía.

 

 

Conociendo mejor a Orlando Mondragón, ganador del XXXIV Premio de Poesía Loewe

Orlando Mondragón ha pasado a formar parte del Palmarés del Premio Internacional de Poesía FUNDACIÓN LOEWE, siendo el primer poeta menor de 30 años en ganar el premio. Es por ello que charlamos con él para conocerle mejor.

 

¿Dónde sueles escribir? ¿Hay algún lugar que te inspire especialmente?

Me gustaría seguir escribiendo con lapicero y papel como lo hacía antes, pero últimamente tomo muchas notas en el celular, así intento atrapar ese pez escurridizo y caprichoso al que llaman inspiración. Siempre estoy atento a cuando pica el anzuelo y debo jalar del hilo de la caña en donde sea que me encuentre.

La corrección de los poemas los hago generalmente de noche, en el escritorio de mi cuarto, bajo el amparo de mis libros.

Mucha gente piensa en la poesía como un medio para escapar de la realidad. ¿Estás de acuerdo o crees que la poesía de alguna manera toma la temperatura de lo que sucede en nuestra vida personal y en la sociedad en su conjunto?

Para mí funciona de ambas maneras. Acudo a la poesía para descansar de mi vida cotidiana y encontrar un espacio seguro. Pero también es cierto que hay poemas y poetas que me sacuden, que hacen de sus versos una lupa minuciosa para examinar el clima de nuestro tiempo.

Creo que hablar sobre lo que sucede en el mundo es inherente al acto de escribir. La tarea del poeta, en cierta manera, sigue siendo la de devolver su sentido a las palabras de la tribu y esto implica tener los oídos alertas para escuchar lo que está aconteciendo.

Incluso a nivel personal el mundo influye en cómo pensamos y actuamos. La forma en que establecemos nuestros vínculos cambia constantemente, por ejemplo, no es lo mismo enamorarse hoy que en el siglo XV. Es más, no es lo mismo enamorarse hoy que hace 50 años. Y esto se refleja en la poesía. En ese aspecto, me gusta pensar en los poemas como en los anales donde se escribe la historia del pensamiento y las emociones.

¿Qué te inspira o te impulsa a escribir?

Pedro Mairal dice que hay una cosa un poco sonámbula en la escritura. Yo también lo creo. Pienso en la inspiración como una intuición que se consolida de pronto, una emoción preverbal que encuentra sus palabras. Y hay que seguirla, pues se escapa.

De manera más concreta, escribo sobre lo que me atraviesa. Puede ser una emoción, algo que vi en la calle, una experiencia mía o incluso ajena, una palabra que escucho de paso y que desencadena un recuerdo; no sé, muchas cosas.

¿Compartir experiencias personales en tu trabajo te ha hecho sentir emocionalmente desnudo ante tus lectores?

Claro. Por más distancia que uno trata de crear entre lo que se escribe y la vida privada, siempre hay un rastro de quiénes somos en la escritura, algo que se devela y que queda expuesto ante los demás. Y claro esto nos deja vulnerables. Pero si un poeta no se permite ser vulnerable, ¿entonces quién?

¿Crees que el ritmo de la vida moderna es aliado o enemigo de un poeta?

Yo digo que enemiga. Para leer poesía, al menos en mi caso, necesito otro tipo de concentración, pausar la mente para observar cada palabra y cada corte versal. Me pasa que cuando leo un poema de prisa no me dice mucho, pero cuando regreso a él y le doy su tiempo, encuentro su ritmo, su latido interno, luego me maravilla.

¿Ser poeta es una forma de disfrutar y celebrar los aspectos compartidos de la condición humana, o te hace sentir como un extraño?

Lo primero. Si escribo es para compartir mi asombro y lo que me atraviesa.

El cascanueces llega al Gran Teatre del Liceu de Barcelona

El Ballet del Théâtre du Capitole de Toulouse presenta el ballet El cascanueces que el Gran Teatre del Liceu de Barcelona ofrece con el apoyo de la FUNDACIÓN LOEWE. Un ballet tradicionalmente navideño que recorre la partitura de Tchaikovsky narrando las aventuras de la pequeña Marie por la región de los sueños.

Kader Belarbi, director de la compañía, ha coreografiado su propia versión del clásico estrenado en 1892 por los Ballets Imperiales en San Petersburgo inspirándose en su propia niñez y con la experiencia que atesora de su larga carrera como bailarín Étoile en la Ópera de París. El coreógrafo sitúa el Primer Acto en un internado infantil en el que sólo pasan la Navidad unos cuantos niños huérfanos junto a su director, Drosselmeyer: un personaje al que Belarbi también concede dotes mágicas que llevan a Marie a viajar por un sorprendente mundo onírico lleno de aventuras.

Abanicos desplegables de papel, cajas de música o coloridos recortables diseñados por Antoine Fontaine e iluminados por Hervé Gary, distancian el ambiente mágico del Segundo Acto de una oscura primera parte. El cuidado vestuario diseñado por Philippe Guillotel encaja a la perfección con la coreografía de Kader Belarbi. En esta versión de El cascanueces hay danza en puntas, pero no hay tutús rosas; el ballet académico se convierte, en manos de Belarbi, en una herramienta artística que no obliga a los bailarines a sucumbir bajo el peso del virtuosismo. Marie, su protagonista, parece inspirada en Pipi Calzaslargas –luce incluso una simpática peluca roja– y se rodea de un ‘Club de los cinco’ formado por juguetes que nos recuerda a la famosa saga juvenil creada por Enid Blyton. Parece que la niñez del propio Belarbi se mezcla en la construcción de unos personajes que nos sorprenden por su paradójica familiaridad y transgresión, especialmente en el Segundo Acto: los bailarines de la danza española son ranas, los árabes nos recuerdan al célebre Hombre Michelín, la rusa nos traslada a una fábrica soviética… además de los juguetes mecánicos e inventos que maneja a su antojo el misterioso Drosselmeyer.

Kader Belarbi se acercó, para esta creación, a la obra que inspiró el ballet original: El cascanueces y el Rey de los ratones, de Alejando Dumas, padre. Además, la estética fascinante del cine de Georges Méliès que inspira su ambientación convierte esta producción en un ballet que emociona a mayores y pequeños. El Ballet del Théâtre du Capitole está acompañado por la Orquesta del Gran Teatre del Liceu de Barcelona, dirigida por Marius Stieghorst, que interpreta la partitura de Tchaikovsky con arreglos de Anthony Rouchier. El cascanueces podrá verse en Barcelona entre los días 28 de diciembre y 4 de enero.

Fotografías: El cascanueces © David Herrero para Ballet du Théâtre du Capitole.

Diego Doncel, poeta para un hipotético lector

“Un premio como el LOEWE siempre llega en el mejor momento”, confiesa Diego Doncel (Malpartida, España, 1964), ganador del XXXIII Premio Internacional de Poesía FUNDACIÓN LOEWE. Jaime Siles describió su libro galardonado, La fragilidad, como “un poemario absoluto, total, de una admirable madurez vital y expresiva”. Un libro sobre la pérdida del padre cuya historia, como indica Doncel, “estaba dentro de mí, era muy potente, pero fue brotando de forma apacible, incluso serena. Apostaba por señalar el dolor, sobre todo por dar categoría a la lucha por un ser querido, a su vida y a su memoria, por transformar todo el sufrimiento en un acto de amor”. Escribir, explica el poeta, es “saber esperar”, y él se preparaba interiormente “para que los recuerdos o las vivencias surgieran, para saber qué de toda esa inmensa experiencia era lo realmente relevante. Lo mismo ocurría con las palabras, porque sabía que nada de esa experiencia podría existir si no encontraba la voz adecuada, las imágenes precisas”. Lo bueno –añade– “no es que el poema refleje la experiencia que lo motiva, sino que la experiencia esté ocurriendo en el poema”.

Quizás, indica Doncel, este poemario sea una consecuencia de todo lo que había escrito antes. “Tal vez abandoné muchas cosas y fui al encuentro de otras. A lo mejor el pacto que hice conmigo de decir la verdad, de ir a mi diario a recoger lo que sentí o pensé en algunos momentos me ayudó a encontrar esa voz. Yo creo que todo está en nosotros si sabemos ir a su encuentro”, concluye. Reconoce al cariz biográfico de su poesía, principalmente a partir de su segundo libro, y explica que “a veces está mi vida en ella y otras la vida, las historias de la gente. Es frecuente que unas y otras se entrecrucen dentro del mismo texto”.

Dice el poeta que vive “con fragilidad” el despegue de su libro. “Un libro es como un nuevo ser en el mundo que todo lo llena de alegría, pero también de responsabilidad, sobre todo cuando muchos lectores se sienten identificados con lo que se dice en él”, cuenta. Cree que la fuerza de un libro reside “en que deja de ser solamente tuyo para ser de un puñado de gente que, en muchos casos, ni siquiera conoces, que tal vez ni siquiera han nacido todavía. Da igual que un libro termine en una estantería perdida de una librería de saldo, lo importante es que haya un lector que necesite encontrarse con él. Se escribe para ese hipotético lector”.

Anhela que la poesía sea “un consuelo, una compañía” y le gusta que el poema “sea una confidencia, como susurrarle a alguien querido un gran secreto”. Diego Doncel está trabajando en un ensayo sobre poesía, investigando mediante experiencias personales “cuál es su importancia en el mundo de hoy y cómo ésta va más allá de las meras cuestiones mercantiles”. «Carles Riba, según la lectura de Gabriel Ferraté, –nos explica– se preguntaba cuál era el lugar de la poesía en medio de los sistemas económicos, filosóficos o sociales en el mundo de hoy y yo también recojo esa inmensa pregunta y trato de tentar algunas respuestas. Debemos intentar demostrar a la gente de estos inicios del nuevo siglo el valor de la poesía y hasta qué punto un poema potencia nuestra sensibilidad”.

Confiesa el poeta que se presentó a la convocatoria del Premio LOEWE “por su indudable importancia, porque es un premio que tiene repercusión en toda la poesía de nuestra lengua”. Pero también por la posibilidad “de que esta historia familiar que tanto dolor nos causó también pudiera darnos una alegría”. Además, nos dice, “el galardón llegó unido a mi padre con lo cual se ha convertido para mí en un doble motivo de satisfacción. También ha servido para mitigar esta encrucijada en la que nos encontramos. Por muchos motivos estamos viviendo un tiempo histórico en que se nos exige que demos lo mejor de nosotros y me parece bien que yo dé este libro de poemas”.

Fotografías: Diego Doncel. Álvaro Tomé para FUNDACIÓN LOEWE

Mario Obrero, tiempo y barbecho

Dice Mario Obrero (Madrid, 2003) que la poesía “no es casual sino causal, basada en el imperativo de la belleza y la creencia en otro horizonte posible”. La juventud del poeta no es incompatible con su trayectoria admirable: comenzó a escribir poemas a los siete años de edad. “En la poesía –explica– el ‘hoy es siempre todavía’ de Machado se cumple y la actualidad poética abarca desde Safo de Lesbos a los poetas jóvenes con los que comparto encuentros y admiro”.

Con varios poemarios ya publicados y premiados, Obrero fue galardonado con el XXXIII Premio Internacional de Poesía FUNDACIÓN LOEWE a la Creación Joven el mismo año que cursaba 2º de Bachillerato en el Instituto Público La Senda de Getafe y estudiaba guitarra en el Conservatorio Profesional de Música de la localidad. “Era lunes y estaba en la buhardilla de mi casa, el espacio casi aéreo que habito”, recuerda. “Acababa de salir de la primera sesión del club de lectura de poesía online al que tengo la suerte de estar inscrito este año, dirigido por Jordi Doce desde la Fundación Centro de Poesía José Hierro. Aquel primer día leíamos Siete poetas norteamericanas actuales (Pamiela, 1991). Me gusta pensar que fueron Pastan, Rich y Forché las artífices de esa llamada inesperada, que sucedió al tiempo que tocaba en la guitarra Torija, de Moreno Torroba”, añade.

El confinamiento le dio la posibilidad “hasta entonces nunca vivida de corregir mis poemas en un clima donde la poesía era el principal motor para creer en alguna esperanza y dar sentido a una situación tan anómala. Fue uno de los empujones finales que necesitaba el libro que tenía entre manos”, recuerda. “Respetar el tiempo propio de construcción, los ciclos del neonato Peachtree City y gestar el libro con calma y trabajo me animó a enviar estos poemas al Premio Loewe”, añade. Un libro, reflexiona, en el que “la experiencia y la voz poética emplean un léxico que hasta ahora no era común en mí poesía: dólar, cacahuete, apio o galón aparecen con frecuencia fruto de la novedad y el descubrimiento”. Por otro lado, añade, “intento ampliar y desarrollar un trabajo que ya es palpable en mi anterior libro, Ese ruido ya pájaro (Ediciones Entricíclopes), esto es, las resonancias y la pluralidad diversa del lenguaje. Sigo en el intento de reconciliar lo complejo y múltiple de cualquier expresión en mi propuesta poética. Asemejarse, en conclusión, al ‘maravilloso desorden de las cosas’ que decía Hierro o a la multitud del Jardín de las Delicias del Bosco”.

Referentes que se mezclan con sus antepasados y ancestros: “Mi bisabuelo Dionisio, mis abuelos y aquella familia cuyo nombre está casi borrado en las tumbas más humildes”, añade. También cita a los poetas Whitman, Ginsberg y Lorca: “Su voz en rebeldía, su vitalidad, o la certera descripción de lo crudo y sucio en Estados Unidos”. En su poema ‘Nueva York’ asoman Juan Ramón Jiménez y José Hierro y, por último, nombra a “dos magníficos compañeros que de alguna manera vertebran” su libro: Ramón Piñeiro, cuya A filosofía da saudade le habló “de aquello cercano pero innombrable” durante su estancia en Peachtree City y, en los meses de corrección, Virginia Woolf, a quien leyó en su idioma original y cuyo Orlando dio nombre a su seudónimo para la plica.

Mario Obrero se siente respaldado por su entorno académico. “La gran mayoría de mis compañeras y compañeros al igual que los profesores solo muestran fraternidad y un enorme cariño. Creo que muchos entienden la naturaleza pública de la alegría y el papel de lo colectivo en la poesía. Sin mi profesora de latín, sin los textos leídos en clase de filosofía o los análisis históricos mi escritura no sería la misma. Por tanto, el premio se ha vivido en mi instituto como galardón a una manera de estar en el mundo y a una pedagogía basada en la creencia en el prójimo y la capacidad de alcanzar metas difíciles”, explica. Sus proyectos inmediatos pasan por ser “una de aquellas gentes en las Canciones de Lorca que iban a lo verde con guitarras y gallos. Ahora bien, es importante resaltar la necesidad del trabajo y del esfuerzo en cualquier obra humana, pues no es solo la voluntad ni el ‘don’ lo que construye los edificios del idioma. Por tanto, sigo trabajando en mirar al mundo con ojos de poeta, apreciar lo insignificante y dar valor a lo que se tacha de baladí”.

Fotografías: Mario Obrero fotografiado por Álvaro Tomé, Fundación LOEWE, 2021.

Cristina Peri Rossi, Premio Cervantes 2021

La poeta Cristina Peri Rossi ha ganado el Premio Cervantes 2021 por “reconocer en ella la trayectoria de una de las grandes vocaciones literarias de nuestro tiempo y la envergadura de una escritora capaz de plasmar su talento en una pluralidad de géneros. La literatura de Cristina Peri Rossi es un ejercicio constante de exploración y crítica, sin rehuir el valor de la palabra como expresión de un compromiso con temas claves de la conversación contemporánea como la condición de la mujer y la sexualidad. Asimismo, su obra, puente entre Iberoamérica y España, ha de quedar como recordatorio perpetuo del exilio y las tragedias políticas del siglo XX”.

Cristina Peri Rossi (Montevideo, Uruguay, 1941) estudió Biología, pero se licenció en Literatura Comparada. Siendo muy joven obtiene la cátedra que ejerció hasta que tuvo que abandonar el país por motivos políticos.

Desde el principio usa su segundo apellido en homenaje a su madre, quien la instruyó desde pequeña en el amor a la literatura, a la música y a la ciencia.

Publica su primer libro en 1963, y obtiene los premios más importantes de Uruguay. En 1972, su obra y la mención de su nombre es prohibida en los medios de comunicación durante la dictadura militar que imperó en Uruguay hasta 1985. En ese año se traslada a Barcelona, donde comienza su actividad contra la dictadura uruguaya, escribiendo en las páginas de la mítica revista Triunfo, pero nuevamente perseguida, esta vez por la dictadura franquista, por lo cual debió exiliarse en París en 1974. Regresa definitivamente a Barcelona a finales del 74 y obtiene la nacionalidad española. Desde entonces vive en España.

Ha sido profesora de literatura, traductora y periodista, y es conferenciante habitual de universidades españolas y extranjeras.

Ha cultivado diversos géneros como la novela, con obras como ‘La nave de los locos’ (1984), ‘El amor es una droga dura’ (1999), ‘Todo lo que no te pude decir’ (2017) o la novela autobiográfica ‘La insumisa’ (2020); el cuento, con libros como ‘Habitaciones privadas’ (2012) o ‘Los amores equivocados’ (2015); el ensayo con títulos como ‘Acerca de la escritura’ (1991) o ‘Cuando fumar era un placer’ (2003); así como poesía, con títulos como ‘Descripción de un naufragio’ (1975), ‘Babel bárbara’ (1992), ‘Playstation’ (2009) o ‘Las replicantes’ (2016).

Fue precisamente con el poemario ‘Playstation’ (2009) con el que se convirtió en la primera mujer en ganar el Premio Internacional Fundación Loewe. Varía en cada libro su estilo, pasando de lo lírico a lo irónico, de lo alegórico a lo coloquial, de la prosa a la poesía, mezclando los géneros. Pero en cada uno de sus libros sí hay una unidad de estilo.

‘Playstation’ es diferente a sus poemarios anteriores: explora la soledad urbana, el anecdotario irónico de la vida de una escritora que contrapone la poesía a la realidad de su escasa presencia en la vida diaria.

Cada poema es una peripecia autobiográfica: el encuentro en un sex-shop con un profesor de filosofía, una larga y solitaria noche en un hospital, las citas amorosas ilusorias o las pesadillas incestuosas repetitivas.

Así, los poemas de ‘Playstation’ son una especie de monólogo lleno de humor negro, pero más allá de la sonrisa hay una secreta piedad y conmiseración por el destino de cada uno de nosotros, abocado a la soledad, al azar, a los desencantos.

Y en el fondo la maquinita, la Playstation como refugio adictivo que nos consuela de nuestros fracasos, pero propone una pérdida simbólica: la partida ya está echada. Un universo urbano donde no queda el refugio ni en el marxismo ni en el psicoanálisis, sólo en la triste técnica.

La FUNDACIÓN LOEWE despide a Cristóbal Halffter y Luis de Pablo

La FUNDACIÓN LOEWE lamenta el reciente fallecimiento de dos importantes Patronos: los compositores Cristóbal Halffter y Luis de Pablo. 

Miembros de la llamada Generación del 51, fueron varios los elementos comunes que vincularon las trayectorias de ambos músicos. Nacieron el mismo año, 1930 –Halffter en Madrid, de Pablo en Bilbao– y los itinerarios improvisados de ambos les hizo desembocar en el grupo Nueva Música, fundado en 1958, junto a otros colegas de generación como Ramón Barce, Antón García Abril, Manuel Moreno-Buendía…, algunos de los cuales fueron tomando caminos alejados de las lineas vanguardistas que perseguían Halffter y de Pablo. En un concierto ya histórico de 1959, estrenaron ambos sendas obras que definieron aquel importante cambio de rumbo para la música española: la Sonata para violín solo de Cristóbal Halffter y Cinco invenciones de Luis de Pablo; la novedad de sus procedimientos musicales fue al principio recibida con reticencias por parte de la crítica, pero abriría nuevos caminos en su propio proceso creativo y, en consecuencia, en las nuevas generaciones. 

Cristóbal Halffter, fallecido el pasado 23 de mayo en Villafranca del Bierzo, pasó los años de la Guerra Civil en Alemania. Desde su vuelta a España y al término de sus estudios, se fue forjando una brillante carrera como compositor y director de orquesta, fue Catedrático de composición del Real Conservatorio de Madrid y estuvo vinculado a la Universidad de Navarra, a los Cursos Internacionales de Nueva Música en Darmstadt y al Estudio de música electrónica de la Fundación Heinrich Strobel en Friburgo, entre otras instituciones. Recibió reconocimientos como el Premio Nacional de Música, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes o la Gran Cruz de de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio.

Luis de Pablo, nació en Bilbao y compaginó sus estudios musicales con la carrera de Derecho. Desde los inicios impulsó activamente proyectos que alternaban los conciertos con otras actividades paralelas y fue traductor de importantes textos de Stuckenschmidt y de Anton Webern. Jurado de los más prestigiosos certámenes de composición. Impulsó la puesta en marcha del Centro para la Difusión de la Música Contemporánea (CDMC) y sus múltiples galardones incluyen el León de Oro de Música de la Bienal de Venecia, el Premio Nacional de Música o el Premio Honegger. Fue Doctor Honoris Causa por la Universidad Complutense de Madrid y Oficial de las Artes y las Letras francesas. Falleció en Madrid, el pasado día 10 de octubre.

Luis de Pablo, Marta Cárdenas y Antonio Colinas en el Premio de Poesía Loewe.

Trabajadores incansables, creadores sin límite, ambos se mantuvieron activos componiendo nuevas obras hasta sus últimos días.