“Estoy un poco abrumado de ver cómo algo tan pequeño y tan personal como un libro de poemas puede trascender gracias a la repercusión de este premio”, explica Ben Clark (Ibiza, 1984), ganador de la XXX edición del Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe por su libro La poesía celeste. “Me presenté al Premio porque, aunque conseguirlo me parecía algo improbable, sabía que así tendría muchos lectores. Es un libro al que tengo muchísimo cariño, que me ha costado mucho trabajo y que he escrito con muchísima honestidad”, reconoce.
El poeta terminó La poesía celeste a principios de 2017 gracias, explica, “a una beca de la Fundación Valparaíso. Estoy muy agradecido al Ayuntamiento de Mojácar porque eso me permitió una residencia breve pero intensa en la que pude rematar ideas”. De este poemario espera “que llegue a muchas personas. Creo que es un libro que puede servir a quienes vivan experiencias parecidas a las que reflejan algunos poemas; la experiencia del padre, la reflexión de tener o no tener hijos… creo que son cosas que a mí me preocupan y sé que les preocupan a amigos y gente que tengo cerca”. Sería maravilloso, nos dice, que “además del prestigio del Premio, el libro tuviera una utilidad real”.
Respecto a este galardón, Clark opina que “casi todo el mundo está de acuerdo en que el Premio LOEWE es la cima de una carrera literaria; hay galardones que reconocen una trayectoria, pero éste supone una apuesta clara por un libro”. El LOEWE, dice, “siempre marca la cumbre. Lo importante, ahora, es volver a recuperarse y reinventarse”. En ello está, planteándose ahora un libro que dialoga con La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson. “Me gustaría mucho recuperar la idea del libro clásico de aventuras y hacer una revisión poética de ciertos elementos de ese libro e intentar que tenga una especie de diálogo con nuestra sociedad”.
Aunque su primer libro –Secrets d’una sargantana– estaba escrito en catalán y sus padres son británicos, Ben Clark escribe ahora principalmente en castellano. “El catalán y el inglés presentan muchas ventajas a la hora de escribir poesía para una persona que, como yo, suele utilizar métricas más o menos clásicas, pero desde que me trasladé a estudiar a Salamanca empecé a moverme más en esos ambientes literarios y ahora es el idioma con el que me he ido expresando en poesía; me siento muy cerca de la tradición castellana, admiro mucho a los poetas de Hispanoamérica y me parece un idioma todavía por explorar”, indica. Respecto a los 30 años de trayectoria del Premio, confiesa que “hay poéticas muy distintas, como bien explica Luis Antonio de Villena en el prólogo extenso de la antología Mareas del mar”, consecuencia también de contar con un Jurado “extraordinario y difícil de definir por la cantidad de cabezas pensantes que reúne, cada una con su fuerza y su dirección. Me imagino que será muy difícil ponerlos de acuerdo”, dice entre risas. “Nada me daría más miedo que saber que el Premio se ha dado por unanimidad. Los Premios LOEWE tienen que estar discutidos y argumentados y si uno tiene la fortuna de ganar, tiene que saber que habrá miembros del Jurado que lo hayan defendido y otros que no. Y está muy bien que así sea”.
POKER FACE
oh, oh, oh, oh, oh, oh-oh-e-oh-oh-oh
Lady Gaga
Habla con niños que no existirán.
Pasea por la orilla de los ríos cantando
canciones pegadizas de adolescentes yanquis
y luego vuelve a casa, donde escribe poemas
de amor con versos clásicos y nunca
menciona las canciones ni a los niños
intangibles. Escribe sobre cosas amables
y se pregunta, a veces, si acaso lo peor
que te puede pasar
es morir solo.
Ben Clark
La policía celeste, XXX Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe
Fotografías: Ben Clark © Álvaro Tomé para FUNDACIÓN LOEWE, 2018.